El 2017 nos dejó en materia periodística una de las grandes efemérides del sector: 2,5 millones de personas confiaron en la suscripción digital de The New York Times. Aunque esta cifra pueda parecer baladí, tras ella se esconde una palabra: confianza. La dama gris había logrado que en algunos trimestres se ingresara más por suscripciones digitales que por publicidad vendida en prensa, su punto fuerte históricamente. Tal es este crecimiento que los analistas presagian que para el 2020 la mitad de la facturación del periódico correrá a cargo de gente que paga su suscripción digital y se hace con los ejemplares físicos bajo demanda. En otras palabras: el periódico va a estar financiado por los lectores que creen en él.
El The New York Times es el máximo exponente de un cambio de paradigma en el sector cultural-comunicativo. La vuelta del mecenazgo es ya una realidad gracias a plataformas como Kickstarter, Patreon, Twitch o los propios medios de comunicación. No hay que cruzar el charco para ver modelos que funcionan, también los tenemos en nuestro país: Eldiario.es cerró 2017 con más de 22.000 socios pagando una cuota mensual, misma fórmula que los compañeros de GamesTribune, quienes van camino de las cuatro cifras en lo que respecta a suscriptores de la revista.
Revista Manual mira al futuro bajo este prisma: la suscripción como base para crecer. Si hay suscriptores, la revista sale adelante sin necesidad de buscar al sector publicitario. Esto no quiere decir que suscripción y publicidad sean polos antagónico, no hay que confundirse: que el lector confíe en un producto se traduce en que la publicidad es secundaria, no primaria. Y Manual busca esta vía desde el minuto uno de su existencia.
Tras toda esta perogrullada, la pregunta que ahora mismo sobrevuela por tu cabeza es simple: «Por qué tengo que pagar 19,95 euros y suscribirme a Manual«. Podríamos contarte decenas de características técnicas, hacer hincapié en aquello que posee y otras no, pero vamos a pecar de padres: porque podremos hacerlo mejor o peor con nuestro hijo (Manual), pero cada una de las decisiones que tomemos estarán pensadas para que este caiga bien entre el lector. Para contentarte. Para que tengas un producto de calidad, cuidado y sin fisuras.
Por esta razón sale una revista cada seis meses y no una al mes. Si queremos tener un proyecto viable hay que entender que este contenido es complejo de elaborar cada treinta días, por no hablar de los fallos que puede acarrear esa celeridad (las prisas siempre son malas; y en periodismo más). Porque en Manual somos realistas, y aunque nos guste el papel sabemos que la demanda debe ajustarse a la oferta.
Porque somos transparentes: Manual es ahora mismo una inversión, y como todo proyecto que arranca es una caja de pérdidas. Necesitamos un total de 600 suscriptores para costear la tirada actual de los dos números que se publican cada año. Si se sobrepasa esa cifra, la revista será rentable, la tirada crecerá y se pagará más a todos los colaboradores. Porque sí, en Manual todo el mundo cobra, y con precios que están incluso por encima de la media dentro del sector de los videojuegos en lo que respecta a extensión/tiempo. La calidad se paga y lo barato sale caro. Esa máxima nunca se puede olvidar.
Porque hemos apostado por algo diferente. Podríamos haber sacado una revista con análisis, con avances, con guías de compras, con noticias de actualidad y con trucos. Pero hemos ido a romper con todo eso. No es que lo anterior no interese, sino que queremos cubrir el vacío que existe en otras parcelas, especialmente en la de entrevistas y reportajes más humanos. Por eso nuestra portada es una figura sin textos que la recarguen. Porque somos más de personas que de personajes.
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